FICHANDO EN GALLUMBOS

Hace poco se emitía en la tele uno de esos reportajes noños y previsibles de telediario navideño sobre unos grandes almacenes que ofrecían entrar los primeros a quienes acudieran a sus rebajas vestidos en ropa interior. El reclamo tuvo cierto éxito, sobre todo entre jóvenes danones, esos que aún no han sucumbido a la cerveza, las papas con chocos y las croquetas del puchero... Ya caerán y los veremos escondidos haciendo cola en el Naturhouse...

Diarito ha sonado como nuevo refuerzo para la portería
 cadista en el mercado de invierno

El Cádiz, atosigado por los malos resultados, se ha visto también envuelto en esta fiebre consumista. Y como si de una frikicampaña de marketing se tratara, los directivos cadistas se han tenido que quedar en gallumbos para entrar en el mercado de invierno porque sus compras de pretemporada, las que hicieron en el Piojito, salieron casi todas rana y ahora buscan en las rebajas del todo a 100, lo que no supieron, no pudieron o no quisieron comprar en el Corte Inglés cuando era el momento. Lo normal es que pase también como en las rebajas: comprar deprisa y corriendo suele salir caro porque o bien se ficha gastando el taco por el taco por acallar más que por reforzar o bien se acaba picando en el anzuelo del vendedor de peines, llámese representante, y se firma a la eterna promesa del senpiterno regate inacabado: "si le sale la lía", pero no se va ni de Diarito en los descansos.

En los mentideros cadistas más optimistas aún se piensa que la remontada aún es posible. Los que ya peinan entradas recuerdan tres nombres que años atrás, en los 90, dieron un rendimiento espléndido al equipo en el mercado de invierno: el uruguayo Zalazar, excelente repartidor de juego, Óscar Dertycia, demoledor y  goleador,  y el rapidísimo brasileño Mario Tilico, un cohete de chocolate que dio en el Cádiz en unos meses todo el fútbol que tenía que dar en España. Entonces sí que se acertó y esas nuevas incorporaciones acabaron siendo clave para enderezar el rumbo del equipo. Oremus para que esta vez también suene la flauta...

Como decía la canción de los 60, el domingo nos vamos Aloha, a Lo aLoha, lo a Loja... y no precisamente a bailar con las hawaianas, más bien a bailar con la más fea. Y aunque ese día también empieza el concurso del Falla, las cosas no están para chirigotas; de ahí que ahora más que nunca, no los carnavaleros, sino el cadismo cuaresmal más aférrimo invoca a sus titulares para que esta vez también se dé en la diana con los fichajes y el equipo salga del pozo. De lo contrario, la cuesta de enero, y de febrero, y de marzo... será larga y muy empinada... y las tardes de los domingos trágicas, eternas, terminales...